A través de los sucesivos encuentros de productores y artesanos, se generó un espacio participativo donde se decidió incluir otras manifestaciones culturales a la feria, como pueden ser el baile folclórico y los grupos de música, para que todos puedan poseer un lugar para exponer su actividad.
Asimismo, se creó entre los representantes de cada sector, un reglamento interno de la feria, donde se regulan las condiciones de participación, se especifican las características de los productos a exhibir, restringe que la producción sea complemente local, y se excluye la reventa.
La primera feria fue realizada el 13 de agosto en el predio del Corralón Municipal al que se estima asistieron alrededor de 350 personas. Contó con 26 puestos de productores agropecuarios, hilanderas, artesanos de madera, pintura, cerámica y lana, además, hubieron durante el transcurso de la feria, presentaciones de artistas locales de diferentes rubros, entre ellos, intervenciones de hip-hop, bandas musicales de rock y folclore.
Los organizadores destacaron que “este espacio tiene un aspecto más profundo que el comercial” ya que se trata de promover “un lugar de encuentro, de intercambio de saberes y costumbres”.
